Es perfecto que las marcas, en su estrategia de comunicación, inviten al mercado objetivo a comprar sus productos o servicios. Tan válido es lo anterior que para ello, los brand managers permanentemente se esfuerzan por ocupar un lugar en la mente de sus consumidores, conquistar su corazón, y por supuesto, convertir estos esfuerzos en ventas.
 
Así pues la voz de la marca llena de argumentos al mercado objetivo para persuadirlo, y de ese modo conseguir que el consumidor conozca la marca, y así se convierta luego en el brandlover que es el fin último de la gerencia de marca.
 
Sin embargo, en esta lucha por vender, no todo puede ser válido. Existen algunas prácticas en la comunicación de marca que definitivamente no nos enamoran, así hagan sonar la registradora más de una vez. Si bien en días pasados admiramos la estrategia de Panamericana al hacer cross merchandising entre los útiles escolares y los juguetes, en esta oportunidad, su campaña de back to school (o temporada escolar) no se lleva nuestra admiración: “Si tus papás te exigen lo mejor, pídeles lo mejor”
 
Panamericana 1


 
La invitación entonces es a construir marca, a conquistar al consumidor dándole beneficios que realmente le convengan, y por supuesto a apostarle a las relaciones de largo plazo.