¿Estará Facebook controlándonos?
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Autor: Joan Fernandez Puig
Para nadie es un secreto que una buena base de datos, no sólo sirve para conocer al consumidor, sino para diseñar productos, servicios y contenidos acordes con las necesidades de un público determinado.
Las bases de datos han sido por años un recurso de alto valor para llegar a más clientes y aumentar el rendimiento de cualquier marca. Pero ¿es válido utilizar técnicas diseñadas para intervenir el mercado en otros ámbitos de la vida? ¿Qué pasa cuando se cruzan bases de datos con el funcionamiento “natural” de una red social?
En 2012 Facebook realizó un experimento a 700.000 usuarios, denominado “contagio emocional”. A través de la manipulación del algoritmo de alcance de las publicaciones (el cual repercute en comentarios, likes y shares de cualquier post) Facebook se dio a la tarea de estudiar si podía influir en las emociones positivas y negativas de los miembros de la red social. Se determinó que los “estados emocionales” son comunicativos y por ende pueden ser contagiados (y manipulados).
El estudio, que fue publicado en una de las revistas científicas más importantes de Estados Unidos, ha despertado críticas a nivel mundial, y aunque Facebook legalmente puede desarrollar este tipo de experimentos ¿es ético? Obviamente se nos ha violado el derecho a la intimidad una vez más, pero al parecer, esto ya es una costumbre en internet.
Lo preocupante de este hecho no radica en el impacto comercial de este hallazgo, y es ahí donde debemos preocuparnos. Facebook posee una de las mejores bases de datos a nivel global, ellos saben: nuestro nombre, edad, origen, gustos, qué leemos, qué no leemos, cuáles son nuestros amigos, qué publicidad nos gusta, cuál no, a qué horas ingresamos por primera vez, a qué horas por última vez, sabe si votamos, nuestro partido político, nuestra religión y los sitios que hemos visitado, entre otra infinidad de datos.
Si a esta cantidad de información le sumamos una manipulación emocional colectiva, podemos inferir que Facebook no sólo puede convertirse en un medio para comprar y vender, ahora la red social podría influir directamente en conductas culturales, sociales, religiosas o políticas y con ello conducirnos por donde les plazca. Si la afirmación es cierta, en pocos años Facebook podría determinar quién será famoso, cuál será la moda, quien es el candidato mejor para dirigir un país o cual es el mejor género musical.
¿Qué medidas se están tomando para frenar esto? ¿Será posible que ya estemos siendo manipulados?