Estamos en un mercado que cada día es más competido y todas las marcas hacen su mejor esfuerzo por estar de primeras en la mente del consumidor, tener la tajada más grande del pocker share, y por supuesto, estar en el corazón de su mercado objetivo.
 
El estudio de la competencia, y sobre todo, el responder de manera estratégica marcarán la diferencia en las cifras del mercado. ¿Cómo enfrentar entonces esta realidad? A continuación les compartimos algunos caminos posibles para afrontar estas situaciones:
 

  • Valorar: Cuando se tiene un fuerte capital de marca y un posicionamiento sólido, la mejor opción frente a un ataque de la competencia es jugar el rol de construir valor. Lo que haya hecho su competidor, tómelo como una excelente oportunidad que tiene para fortalecer aún más su Brand Equity, así que lo invitamos a potencializar su EMA y a generarle ofertas de valor al consumidor.
  • Ignorar: Muchas veces no hacer nada es el mejor camino. Bien dicen por ahí que a palabras necias, oídos sordos. Sin embargo, esta opción no puede ser fruto del descuido del gerente de marca, ignorar al competidor es tan estratégico como cualquiera de los otros tres caminos señalados.
  • Enfrentar: Este camino requiere de alto capital de marca, de un sólido músculo financiero de la compañía, y de una ágil capacidad de respuesta en el mercado. Se trata entonces de enviar un mensaje tan claro como este “El competido ofrece algo bueno, ¡pues yo voy a ofrecer algo mejor!” Es fundamental si se opta por esta estrategia estar preparados pues comenzó una guerra y si se combate, es con el objetivo de ganarla.
  • Copiar: Es justo en esta parte donde entra las marcas me too, aquí se lanza al mercado una oferta muy similar a la de la competencia, y se busca apalancarse del competidor. De este modo la competencia se esforzará por educar al consumidor con la nueva marca y usted irá de segundo, y hasta en coche.

 
No existe un camino único, todo dependerá del ADN de su marca, de los objetivos organizacionales y de la situación del mercado. Recuerde que no existe enemigo pequeño, su competidor merece todo su respeto y su tiempo para sentarse a estudiarlo y analizar la estrategia con la que juega en el mercado.