Visita al Retail: Colombiano, le apuesto a que no sabe cuántos tipos de arepa hay
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Autor: Joan Fernandez Puig
Cuando yo era pequeño, existía únicamente la arepa blanca, de mote y de chócolo. Tal vez en la calle se podía llegar a conseguir arepa de queso, a la cual después adornaban con lecherita. De resto no existía nada más y las marcas en esta categoría ofrecían solo un commodity. Por esta razón, cuando se iba al supermercado por alguno de estos productos no había prácticamente nada que decidir, pues las variables eran básicamente precio y tradición. Sin embargo, el marketing ha permeado uno de los productos más arraigados a la cultura colombiana y hoy en día comprar arepa puede llegar a ser todo un proceso de redescubrimiento de la categoría.
Hoy me di a la tarea de analizar la oferta en uno de los retail de la ciudad, en el cual encontré la increíble cantidad de 30 tipos de arepas diferentes. ¡Así es!, la variedad reinaba en la góndola donde ya se puede encontrar: arepa de queso holanlandés, de queso pecorino, de queso provolone, de queso molido, de queso tilsit ahumado, de queso campesino, con queso doble crema, súper especial de queso, repleta de queso, súper especial con queso doble crema, santandereana, santandereana con chicharrón, tipo artesanal, aparrillada, antioqueña, gruesa, delgada, extra delgada, extradelgada con queso, de yuca, de yuca con queso, libre de gluten, con sal, sin sal, crunch ¡para microondas!, y obviamente en un rincón, y ya pasadas de moda: arepa blanca de maíz, de chócolo y de mote.
¡Mejor dicho! Si las cosas siguen así, la oferta de arepa fácilmente superará a la de vinos en pocos años. Si damos una primera mirada, esto es bueno para el consumidor, pues le permite variedad para antojarse y escoger el producto que mejor le parezca. Desde la óptica del marketing hay un trabajo brillante, se ha dinamizado la categoría más que nunca y se ha generado valor al producto. Si damos una segunda mirada mucho más crítica, el marketing está haciendo que hoy gastemos mucho más por uno de los productos más básicos de nuestra alimentación diaria, esto implica más dinero por uno de los productos fundamentales de la canasta familiar.
¡Cómo cambian las cosas!