Un agua que evita ahogarse es una de las noticias más sonadas de los últimos días. Se trata de un invento creado por el investigador español Antonio Ibáñez De Alba, consiste en un polvo que transforma el agua convencional en agua no salina con una densidad 30 veces superior.
Según su inventor no importa que la persona no sepa nadar, siempre saldrá a flote, incluso si ingresa al agua boca abajo, el aire de la caja torácica hará que el cuerpo gire de cara a la superficie. Además, asegura que las piscinas que utilicen este producto no tendrán que incurrir en gastos adicionales de mantenimiento.
El polvo se disuelve en el agua y en 24 horas agrega las proporciones antes descritas. Este es un interesante producto para parques acuáticos, hoteles, entre otros. Esperemos que este producto prometedor tenga una buena gerencia de marketing y pueda cumplir con su promesa de marca: salvar personas de morir ahogadas.