Maple: Una marca familiar con una idea mundial
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Autor: Joan Fernandez Puig
Como algunas historias de emprendimiento en Colombia, ésta inicia en medio de problemas. En 2001 la familia Cárdenas atravesaba por un difícil momento económico, sin empleo y con deudas por pagar. Para solucionar su situación, buscaban una idea o negocio que les permitiera salir adelante. Por esos días, una vecina, preocupada por la dura situación que sufría la familia, decidió revelarles una receta particular para la elaboración de helados. La vecina había trabajado por muchos años en una reconocida fábrica de productos congelados que lastimosamente había cerrado y sólo ella conservaba la receta. Fue así como la “receta secreta” fue aprovechada por los Cárdenas y se convirtió en un negocio familiar. La microempresa fue bautizada con el naming Maple, hoja que representa la identidad y unidad familiar.
Para 2004 se elaboraban en casa, diferentes sabores que eran comercializados puerta a puerta en hogares e iglesias. Fue en ese momento cuando el dueño de la cafetería del colegio Cumbres probó el producto y su satisfacción fue tanta, que desde ese momento se empezaron a encargar 400 unidades semanales para la institución. Rápidamente el negocio creció y los helados Maple llegaron a otros planteles educativos como El San José de la Salle, La Presentación, Montessori y más colegios de la ciudad de Medellín (Colombia).
La familia por fin salió de la crisis y la prosperidad del negocio mostraba un horizonte lleno de esperanza. Los Cárdenas comenzaron a buscar socios capitalistas dentro de la familia. Fue así como entre primos, tíos y hermanos, se inyectaron en 2006 veintiséis millones de pesos para el crecimiento de la marca. Sin embargo, no todo fue color de rosa, también para esa época, el INVIMA se volvió más exigente con la regulación de alimentos, obligando a muchas marcas, entre ellas a Maple, a abstenerse de comercializar en los colegios de la ciudad.
Maple pasó entonces de un momento de esplendor, a contar con pocos clientes que representaban una pequeña minoría del negocio. La caída fue fuerte, el nuevo fracaso no era para sentarse a llorar, sin embargo, la familia volvió a vivir momentos difíciles.
Los Cárdenas no echarían años de esfuerzo a la basura, los más pequeños, aquellos adolescentes que habían visto a sus padres trabajar por el sueño Maple ya eran adultos y podían ayudar. Con una empresa decaída, Mateo Diazgranados, chef y pastelero internacional, renunció a su trabajo en la tradicional Repostería El Portal, para liderar las recetas de la empresa. Por su parte, Sebastián Molina, otro miembro de la familia, se dedicó de tiempo completo a encontrar nuevos canales de distribución para el producto y una de las plazas más importantes fue la Universidad EAFIT.
Desde entonces la marca va hacia adelante, en 2012 se dio apertura a la planta de producción en la ciudad de Envigado. Entre tíos, primos y hermanos han aprendido a liderar una marca familiar. Maple ganó en 2013 la convocatoria “crecimiento acelerado” de la entidad sin ánimo de lucro INTERACTUAR para familias con empresas. Adicionalmente ACTEC, una ONG belga, también ha empezado a apadrinarlos. Para ponerle “moño” a la historia, hace pocos días, estudiantes de primer semestre del pregrado en Mercadeo de la Universidad EAFIT, le han brindado una nueva oportunidad de crecimiento a la marca.
Cuando los estudiantes de Mercadeo contemplaron la idea de crear “La Paletería Mundial”, llegó a sus mentes una idea ganadora que consistía en paletas multicolores para el Mundial de Fútbol. Sin embargo, jamás imaginaron que ejecutar la idea fuera tan difícil. Fue así como haciendo pruebas en el MercaLAB de EAFIT, se dieron cuenta que el producto que trataban de lograr se derretía rápido, además de no tener el color y sabor adecuado. Con prisa por la entrega que se acercaba, buscaron ayuda en múltiples heladerías de la ciudad, infortunadamente, en ninguna encontraron respuesta positiva. Justo en ese momento, apreció Maple, como “caído del cielo”, pues era la única empresa capaz de hacer lo que ellos requerían.
La idea “Mundialista” de los estudiantes de Mercadeo, más la receta secreta de Maple, formó una alianza ganadora. Para el día de la presentación, se elaboraron grandes cantidades de producto, pues el evento duraba desde las 8 am hasta las 4 pm, sin embargo a las 10:30 am no quedaba ni una unidad.
Semejante éxito tenía que trascender un proyecto universitario, de eso fueron conscientes los actuales gerentes de Maple. Con generosidad y orgullo, los estudiantes de Mercadeo de la Universidad EAFIT donaron su idea, con la cual Maple tiene grandes proyectos. Para adelantarles un poco, hoy la compañía está a punto de firmar un negocio de más de 2000 paletas con una importante empresa de la ciudad. La nueva idea ha apalancado a la marca y le ha brindado aún más aceleración a esta bonita empresa familiar.
Felicitaciones a los estudiantes de La Peletería Mundial y éxitos para Maple.