Para empezar, les cuento que escribo este artículo, porque ayer cuando veía fútbol en mi casa pedí un domicilio al Sándwich Qbano, el mismo que por muchos años ha sido uno de mis restaurantes de comidas rápidas favorito. En la orden pedí un sándwich de los grandes en combo, agrandado y con unas papas grandes adicionales (mucha comida para dos personas). Al finalizar la orden le pedí a al domiciliario que me enviara la mayor cantidad de salsas posibles, a lo cual respondió “sólo puedo enviarle cuatro salsas”.
Después de rogarle durante un momento y tratarlo con una falsa simpatía, logré que me prometiera que me enviaría cinco salsas (que igual considero poco para tremenda cantidad de comida).
El domicilio llegó. El partido ya iba por el segundo tiempo, así que me apresuré a servir toda la comida, en ese instante descubrí con sorpresa que sólo habían enviado cuatro salsas pequeñas, para un sándwich gigante y dos porciones gigantes de papas a la francesa.
Esta vez en mi papel de consumidor me fue inevitable sentir algo de rabia y recordar que no era la primera que me enfrentaba a esta situación. Incluso recordé aquellos domingos en la noche, en los puntos de venta de Sándwich Qubano, donde una de las vendedoras me decía: “no le puedo dar más salsa o se la tengo que cobrar”
Hoy, en mi papel de experto en marca, y con la cabeza totalmente fría me pregunto: ¿Acaso esta compañía tan querida por los colombianos no se da cuenta que su valor agregado es la salsa?
Sándwich Qbano lleva más de 30 años en el mercado nacional. Me es inevitable asociarlo con el fútbol. Recordar esos días de domingo en el estadio, cuando papá me llevaba a “El Coloso de la 74” a ver a mi equipo del alma. Por esos días recuerdo cuando me comía siempre en el medio tiempo uno de sus deliciosos “sánduches” acompañado de una salsa con una cucharita.
Hoy me doy cuenta que he crecido con la marca, la he visto evolucionar y convertirse en una buena franquicia. También la he visto en aprietos, cuando llegaron las grandes multinacionales. Marcas como Subway, Mc Donalds, Burger King y muchas otras que se han robado gran parte del mercado y se han encargado de quebrar a tradicionales empresas de comida de nuestro país.
Pese a esto, Sándwich Qbano sigue ahí.
¡No se duerman!
No puedo negar que he notado varios esfuerzos de mercadeo de la compañía, tanto así que hoy se puede tratar de “tú a tú” con multinacionales como Subway. Es por eso que me parece inaudito que no se den cuenta que su fuerte es la salsa y que en vez de explotarla para captar la atención del consumidor, se dediquen a copiar acciones de la competencia.
Si notaran que su potencial está en la salsa, la harían protagonista en su publicidad, promociones y puntos de venta; jugarían con ella y desarrollarían nuevas versiones como BBQ, picante o con tocineta, la venderían para llevar y ¿por qué no? podría estar en todos los retail del país.
¡Pero no! Hoy en día mi querido Sándwich Qbano se dedica a seguir a la competencia, no innova en mercadeo ni aprovecha su fortaleza. Ojalá cambien y sólo les pido que la próxima vez que coma allí me den más salsa.
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3 Comentarios
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Y será que si la venden para llevar o la explotan en los retail seguirá siendo su mayor valor agregado? no será que ya la gente perdería el interés en ir al Sandwich Qbano porque su salsa la pueden comer hasta con arroz. Creo que eso contradice todo lo escrito en su artículo como experto en marca.
en lo personal siempre prefiero qbano que subway, por la salsa haha xD es que me encanta
Me encanta la salsa de ajo de Qbano pero prefiero mil veces las salsas de Subway, son muy diferentes a todas las salsas que uno encuentra en los demás establecimientos, como dijo él, todo está en la innovación… Yo me quedo con Subway, inmediatamente probé un Subway no volví a Qbano.