Hay una noticia que ha recorrido el mundo en las últimas semanas: El gobierno de San Francisco (Estados Unidos) prohibió el agua embotellada para mitigar el impacto ambiental producido por las botellas de plástico. La decisión se tomó con base en que el agua del grifo es totalmente potable y quieren promover el consumo en los bebederos públicos.
 
 
¿Se podrían sumar más ciudades?
 
Cada vez más marcas de agua como Brisa y Manantial, nos comunican que sus botellas son las de menos porcentaje de plástico en el mercado. Sin embargo, después del acontecimiento en California, no sería descabellado pensar que los brand managers de estas marcas están en alerta roja.
 
Ya no basta con producir poca contaminación, sino que el tema es generar cero daños ambientales. Se aproxima un cambio de dimensiones astronómicas en este mercado.
 
Si fueras el gerente de marca de una de estas empresas ¿qué harías?
 
En Londres, unos estudiantes crearon un envase comestible y totalmente biodegradable. La botella que quiere revolucionar el mundo de los envases es una membrana gelatinosa que ya ha ganado premios de diseño y tiene todos los ojos del mundo encima. Su naming es Ooho.
 
Este es el cambio que podría haber estado esperando el mundo del packaging.
 
No sabemos qué vaya a ocurrir con las marcas de agua embotellada, sin embargo, algo seguro en este mercado, así como en el del chocolate, es que los cambios son son inminentes. ¿Cómo combatir con normativas tan extremas como la que se impuso en San Francisco? Es cuestión de tiempo para que nos enteremos qué decisiones tomarán estas marcas afectadas y aprender de sus aciertos o desaciertos.
 
Camilo FIRMA