Los mejores creativos del mundo no son los que ganan premios en los festivales de publicidad, son los que se los inventaron
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Autor: Joan Fernandez Puig
Admiro profundamente a los creativos que se inventaron los festivales de publicidad. Han sido capaces de hacerse inmensamente ricos exaltando el ego de los que se creen más inteligentes que ellos y que el resto de la humanidad.
Muchos creativos publicitarios se vanaglorian de su inteligencia superior, pero los vemos caer de forma no muy inteligente en un negocio redondo que no tienen nada que envidiarle en suspicacia al phishing.
Todo comienza con la promesa de fama, dinero y la inmortalidad publicitaria al lado de los grandes, luego viene el deslumbramiento con estatuillas de plástico que emulan oro, plata, bronce, platino, titanio y el resto de la tabla periódica si es preciso. Los festivales publicitarios no premian con dinero, premian con poliestireno o en el mejor caso con metal pintado, aveces hueco.
Horas, días, noches, fines de semana y vacaciones, invertidas en una carrera incesante por encontrar la gran idea creativa que mejor se acomode. La pieza, el caso, la innovación que los saque del anonimato. No importa que nada tenga que ver con publicidad, ahora los festivales no son de publicidad, son de creatividad.
Creatividad que en la gran mayoría de casos es usada con viveza para apropiarse de ideas de otros. Acá las víctimas no son otros creativos publicitarios, resultan ser ingenieros, diseñadores, sociólogos, arquitectos y una amplia gama de talentosos creativos e innovadores de otras industrias que caen tristemente en la trampa del premio, arrastrados por la codicia publicitaria.
Antes era muy difícil ganar, ahora es cada vez más fácil, aunque digan lo contrario. Así funciona el sistema, así funciona el negocio. Más premios resultan en más inscripciones. Mercadeo puro, aplicado a sus discípulos. Creen que ya saben como ganar y eso asegura que sigan participando.
Mientras tanto en las agencias, los clientes esperan ver solucionadas sus necesidades de comunicación o de negocio, por las que están pagando, pero obvio esto será cuando las agencias consideren que tienen tiempo y mente para ocuparse de esas nimiedades.
En un mundo ideal los premios deberían ser para los que los merecen por hacer su trabajo de forma excepcional y admirable, pero hoy por hoy, los premios en su mayoría son para los que saben cómo ganarlos y ya han montado un sistema para lograrlo.
El próximo festival está cerca, de nuevo las agencias se apresuran a tener todo listo, los casos grandilocuentes y las pruebas de pauta de 1 col x 5 a una tinta en los periódicos regionales se avecinan. Esta vez sí vamos por el oro.
Esta máquina no parará de funcionar, porque la alimenta el ego y en esta industria, es un combustible infinito.
May 22, Atlanta, Georgia.
Juan Arcila
CCO at Piccolo Piacere. Senior Copywriter at HPS Prague. Associate Creative Director at Lab Innovation.