Existen muchas formas de comunicar una marca y persuadir al consumidor. En este artículo mencionaré una de ellas que cada vez veo más repetida en el mercado y creo que es importante entender: Se trata de la táctica de estresar al consumidor con un problema y luego presentarle la marca como la mágica y máxima solución al inconveniente anteriormente mencionado.
 
Es algo así como dar primero el garrote y después ofrecer la zanahoria, con el fin de mostrar la marca de una manera casi que milagrosa frente a los terribles y peores problemas que una persona pueda tener. Sin duda alguna, es una táctica que se soporta en la exageración, haciéndonos ver un problema como algo casi mortal y la marca como la mejor solución que existiera sobre la tierra.
 
Algunas marcas farmacéuticas han optado por la siguiente pauta en televisión, por ejemplo: En un primer momento se da la simulación de un informativo donde dan la noticia de una terrible enfermedad que está apoderándose de las personas. Luego, aparentemente se termina el noticiero y aparece un comercial de una medicina que alivia la dolencia anteriormente enunciada.
 
La industria cosmética y de aseo personal también se han valido de la táctica del estrés y la solución, cuando muestran el antes y el después de una mismo persona, poniendo en evidencia lo mal que lucía antes y lo joven, bella y resplandeciente que se ve ahora, gracias al uso de la marca en cuestión.
 
Las marcas de educación o información han optado por el mismo camino, cada vez que muestran lo mal que quedas al no hablar un idioma, saber un concepto o estar enterado de las últimas noticias, y que gracias al noticiero X, el periódico Y ó el curso de inglés Z, vas a poder desempeñarte de la mejor manera frente a las demás personas.
 
¡Y ni hablar de los detergentes y los productos de limpieza del hogar! Estás sucio, con unas manchas que son casi imposibles de sacar, con una mala presentación en tu casa, y de manera mágica, después de usar la marca del comercial empiezas a tener una apariencia radiante y tu casa, a partir de entonces, comienza a ser la más admirada de la ciudad.
 
Ejemplos hay miles, abundan, y a mi modo de ver, cada vez han tomado más y más fuerza, como si se tratara de la única técnica como una marca pudiera comunicarse con su consumidor. Esta opción de estresar al público y luego ofrecerle una solución, podrá funcionar en algunos casos, sin embargo, hago un llamado a la creatividad, a la originalidad, y en especial, a partir de las experiencias positivas y memorables, más que de los puntos negativos.
 
Una manera de romper esta moda publicitaria sería recordando los valores de la marca, más que las situaciones de consumo, y que ese capital de marca sea justamente el punto de inspiración cada vez que la marca se dirija al consumidor, ¡los invito a intentarlo, seguro no se arrepentirán!