Seguro alguno de ustedes ha vivido la incómoda situación donde la marca le da un “no” al consumidor como respuesta definitiva a alguna de sus peticiones, y esto no debería ocurrir jamás, no sólo pensando en el servicio que una marca le debe ofrecer a sus clientes, que son su razón de ser, sino porque es ilegal violar los derechos del consumidor.
 
Cuántas veces hemos visitado una tienda de moda, y cuando estamos en la caja pagando por alguna de las prendas que están en descuento, quizá por tratarse de una vieja colección, nos encontramos con un letrero que dice “los productos en promoción no se cambian”, o bien “los productos en promoción no tienen garantía”. ¡Señores, dice la ley que “los productos con descuento, rebaja o con carácter promocional también poseen garantía”!
 
“Recientemente se paró mi reloj, y cuando fui a la joyería donde le compré me dijeron que se le había agotado la batería, razón por la cual la remplazaron por una nueva. Al terminar la diligencia me cobraron 15 dólares por la reparación y desde entonces mi reloj anda perfectamente”.  Esta es una historia cotidiana, aparentemente normal, pero sin duda alguna estamos frente a un caso de violación de derechos de los consumidores, pues cuando se hace efectiva la garantía de un bien, no debe cargarse ningún tipo de cobro al consumidor ni por reparación ni por repuestos.
 
Quizá por errores en la marcación de princing, puede ocurrir al leer el precio de un producto en el silvatrín de la góndola, figure una cifra diferente a la que aparezca en la pantalla donde se consultan los precios de los productos con el código de barras, o en la caja registradora a la hora de pagar. Cuando haya diferencia de precios en un mismo artículo, ¡ojo! el consumidor debe pagar el de menos valor.
 
Si no me falla la memoria, en todos los parqueaderos públicos, justo al lado del letrero de las tarifas del lugar, está un anuncio que dice “el estacionamiento no se hace responsable por los daños que puedan ocurrir en su vehículo”.  Por lo tanto, si no me falla la memoria, todos los aparcamientos dejan de cumplir el derecho que reza justo lo opuesto a sus carteles: “los parqueaderos deben responder a los daños ocasionados a un vehículo
 
En cuántas oportunidades nos ocurre que nos dan un regalo, y quizá, aunque nos guste, la talla del artículo no nos queda bien y requerimos cambiarlo por un tamaño que se ajuste mejor a nuestras medidas. Más de una vez sucede que cuando estamos en la tienda, nos informan que sin la factura de compra (que por supuesto no la tenemos porque se trata de un regalo), no se aceptan cambios ni devoluciones. ¡Por favor! la Superintendencia de Industria y Comercio ampara al consumidor, y no sólo porque nunca la hayamos tenido, sino que también por descuido o pérdida de la factura, la marca está en la obligación de atender cualquiera que sea el trámite o reclamo que se quiera realizar con la prenda sin que el consumidor tenga que presentar la factura de compra.
 
Usted es un consumidor valioso, sin personas como usted no existiría el marketing, así que no permite que su marca se haga el loco, ¡respete y haga respetar sus derechos!