Por lo general los cambios generan inestabilidad, y aunque sus resultados podrían ser positivos en algunas ocasiones, no dejan de generarles temor e inseguridad a muchas personas. Sin embargo, el problema o el tema de estudio no se origina allí (en el miedo o inestabilidad del cambio), el tema incluso nace más atrás, pues no solo se trata de ser capaces de adaptarnos al cambio y de afrontarlo, sino de saber cuándo debemos cambiar, lo cual implica salir de la zona de confort, explorar nuevas alternativas o estilos de vida e implementarlas.
Para ejemplificar mejor lo anterior vámonos a algo tan cotidiano como los baños. Antes, quien estuviera en un lugar público y quisiera entrar al baño, era cuestión de identificar dónde estaba el de su género y dirigirse a él. Igual los niños, solo era cuestión de pedir la compañía de su mamá (para el caso de las niñas) o de su papá (los niños) y listo. Sin embargo, si damos una mirada rápida a la conformación de las familias de hoy, lo que antes era tan obvio, hoy deja de serlo. ¿Cuántas familias conocemos donde solo es la mamá y su hijo? ¿Cuántas de padres separados donde a las niñas les corresponde un fin de semana determinado salir con su papá? ¿Cuántas heterosexuales? ¿Cuántas con mascotas como hijos? y así podríamos describir cientos de “nuevos” o no tan “nuevos” casos.
Pensemos ahora en un caso absolutamente frecuente: ¿Qué ocurre si es el papá quien está con sus dos pequeñas hijas un fin de semana en un centro comercial y una de ellas quiere ir al baño? ¿Qué debe hacer el señor? ¿Debería acompañar a su hija al baño de mujeres y entrar allí? ¿o debería llevar a la niña al baño de hombres para que él pueda entrar sin restricciones? ¿o la solución sería quedarse cuidando a la hermana y que la otra niña entre sola al baño público? Ante un hecho tan cotidiano, aparentemente no existe una solución satisfactoria.
Frente a este tipo de situaciones, y pensando en el consumo de los niños menores de 10 años, hoy, varios centros comerciales y lugares públicos alrededor del mundo están implementando el concepto de baños familiares, donde tanto el papá como la mamá de sus hijos o hijas podrán acompañar a los más pequeños. Esta medida, que si bien hace unos años era impensable y quizá innecesaria para muchos, hoy ya es una realidad latente. Sin más, los invito a revisar a fondo los nuevos consumidores, los nuevos estilos de vida e identificar cómo su marca debe cambiar, salir de la zona de confort y ser parte de la nueva oferta.