Recientemente visité Palms Avenue, un mall de conveniencia en Medellín, donde quedan diferentes restaurantes. Para mi sorpresa, el tiquete del parqueadero era el que pueden apreciar en la foto: Decía Unicentro y decía Cali, ¡por Dios! Y ni el lugar era Unicentro ni era la ciudad de Cali (Colombia).
 
Quizá para muchos sea un pequeñez insignificante, pero si me preguntan a mí, y siguiendo las palabras de mi colega Pablo Ferreiros, creo que “Dios está en los detalles”. Pienso que no sólo se trata de hacer las cosas bien, sino de generar marca en cada una de las oportunidades de contacto que tenemos con el consumidor.
 
¿Por qué no aprovechar esos objetos de contacto que el consumidor si o si tienen en sus manos por algunos minutos, o quizá largas horas, y hacer de ellos una oportunidad para dejar marca? Hay productos que todos recibimos y quizá no nos detenemos a mirar, como por ejemplo, una tirilla de compra en un supermercado, la factura de un almacén, el tiquete del parqueadero, o el pase de abordar de un vuelo. ¿Qué pasaría si estos papelitos que no puedes perder se ganaran tu atención de una manera creativa?
 
Sin duda, mirándolos con los ojos del marketing, son de los pocos espacios que aún quedan desaprovechados en términos de marca, algo así como los espacios muertos que un buen creativo podría ver como una valla publicitaria en las manos del consumidor. ¡Todo un banquete en blanco para llenar con tu marca!
 
En estas mini-vallas portátiles, que están en la mano del consumidor por varios minutos, podrías poner quizá información sobre tu marca, comunicar el nuevo producto, informarle sobre tu nuevo punto de venta, invitarlo a ser parte de tus redes sociales, etc. Otros, no tan racionales, podrán ver ese banquete en blanco como el espacio perfecto para ser divertidos, chistosos o hacer gamification con el consumidor. Los más reflexivos quizá podrán hacer uso de este espacio con alguna frase célebre, un mensaje para pensar o un buen comentario para el momento.
 
En fin, los invito a revisar sus marcas y sus valores de marca, pues allí está la respuesta para definir de qué manera se podría conseguir al menos una sonrisa del consumidor en estos espacios que hoy son muertos.
 
 
Juliana FIRMA