Definirle personalidad a una marca es una tarea fundamental en su estrategia. Se trata entonces de atribuirle características humanas a la marca, es decir, pensar que ésta, en lugar de ser una empresa de X producto o Y servicio, es una persona, entonces ¿cómo sería? ¿Sería hombre, mujer? ¿de qué edad? ¿qué profesión tendría? ¿cuál sería su estado civil, su nacionalidad, su nivel socioeconómico?
Para lograr lo anterior se debe hacer un ejercicio de abstracción, que nos permita apartarnos por un momento de la razón social de la empresa y nos lleve a su verdadera personalidad. A veces puede ayudar pensar quién sí sería la marca y quién no sería, o bien cuáles características humanas tendría y cuáles no tendría, pues en ocasiones, pensar en las renuncias o descartar opciones, nos ayuda a encontrar la esencia.
Un buen ejercicio que te proponemos y puede ayudarte a construir la personalidad de tu marca es pensar en celebridades, personajes de la historia, personajes de películas o series o hasta en personajes de caricaturas. Una vez tengas una lista larga, muy larga de ellos, enuncia las principales características de cada uno, con lo primero que se venga a tu mente basta. Finalmente, te invitamos a definir cuáles de estas características se asemejan más a la personalidad de tu marca y cuáles no. Al final de la actividad podrás tener un héroe y un villano, es decir, cuál personalidad se acomoda más a tu marca y cuál no.