La elección del naming en las marcas de moda

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Autor: Alejandro Arias
El sector moda es, quizás, uno de los sectores mas interesantes a la hora de establecer un proceso de naming.
Su alta competitividad y sus incesantes cambios hacen de cada proyecto un reto de gran nivel.
Si a esto sumamos que infinidad de marcas del sector tienen un enfoque fast fashion basado sucesivas colecciones asociadas a las tendencias, los ratios de complejidad se disparan.
¿Cómo crear entonces un nombre de marca adecuada ante unos productos tan efímeros?
Debemos tener en cuenta que en este segmento de mercado cada temporada varía su propuesta de producto, pero lo que permanece en el largo plazo es la marca.
Su concepto debe generar una alta influencia en la decisión de compra del consumidor, provocando un imaginario a su alrededor que incida en una experiencia de cliente inigualable.
En este sentido, el nombre de la marca es determinante. Un nombre adecuado para una marca de moda debe proyectar valores, atributos, propósito y personalidad de esta, a la vez que apoyar los diferentes estilos y colecciones en el tiempo.
Veamos algunas propuestas interesantes para encontrar el naming ideal para una marca de moda.
En primer lugar, puede existir la posibilidad de utilizar el nombre propio del diseñador/a, como es habitual en firmas de lujo. En este nicho, su personalidad representa el alma de la marca. De esta forma, la marca será única, reconocible y deseada.
Fred Perry, Balenciaga o Chanel son ejemplos de ello.
Es curioso que en los últimos tiempos algunas celebrities han realizado una especie de proceso inverso en el que han utilizado su marca personal para extenderla hacia productos de moda.
En segundo lugar, podemos encontrar la posibilidad de recurrir a características propias del producto como fuente de inspiración. Como ejemplos interesantes tenemos los nombres de UGG (sus botas eran conocidas como “ugly boots”) o ASOS (referido al canal en el que se comercializa “As seen on screen”).
En tercer lugar, se puede optar por un nombre autónomo o aleatorio, sin una clara relación con el producto. Como ejemplos podemos citar marcas como Zara o Mango.
Pueden ser nombres que carecen de significado previo. Pero también pueden ser nombres que tienen significado, pero no asociado al producto, aunque lo adquieren conforme se impregnan de los significados de la marca.
Sea cual sea la elección, la elección del nombre de la marca condicionará el futuro de esta.
Autor: Francisco Torreblanca