El slogan es un elemento opcional de la marca, que forma parte de su identidad verbal.

Su principal objetivo es dejar muy clara la propuesta de valor de la marca, ya que en ella se sustenta el valor diferencial y la ventaja competitiva de la misma.

Más que una verbalización, es una promesa de marca. Es decir, aquello que diga una marca en su slogan es toda una declaración de intenciones y debe cumplir con lo que promete.

Si esto no ocurre, el consumidor se encargará de recordárselo, ya que en la actualidad dispone de numerosas herramientas digitales y accesibles con las que provocar huellas digitales que pueden ser muy dañinas para cualquier marca.

En este artículo, quiero destacar tres slogans que me resultan interesantes, ya que en todos ellos se perciben diferentes estrategias para mostrar que la marca se autoproclama como la mejor.

El primero de ellos es el atemporal slogan de Carlsberg, la marca de cervezas danesa cuyo “Probablemente, la mejor cerveza del mundo” proyecta su estima de una forma sutil.

Este slogan de tipo específico, donde aparece la palabra referente al segmento de mercado en el que opera (cerveza), logra gracias al condicional “probablemente” una suavidad espectacular que desenfoca el ego de la marca y lo convierte en algo sorprendente.

El segundo ejemplo es el de L’Oreal. La multinacional francesa de productos cosméticos y de belleza marcó un antes y un después con su icónico slogan “Porque tú lo vales”.

En este caso hablamos de un slogan de tipo superlativo, en el que la marca deja clara su auto definición como la mejor de su mercado, pero a través de un inteligente desenfoque.

La estrategia es dejar en manos del consumidor, de forma premeditada, que la marca es la mejor. “Porque tú lo vales” es una especie de “te mereces lo mejor y lo mejor somos nosotros”. Lo dicen sin decirlo. Me parece fascinante.

Por último, el tercer slogan que quiero destacar es el de una pequeña pero encantadora ciudad española, Xixona (Jijona), la cuna de un dulce conocido mundialmente como el turrón.

Su slogan, de tipo descriptivo, “El lugar más dulce del mundo”, se apropia de un concepto global (dulce) que pretende proyectar de una forma muy evidente su ventaja competitiva, tanto a nivel funcional (cantidad de dulce fabricado al año) como emocional (es un lugar lleno de ítems dulces como sus paisajes, sus gentes, su historia, su estilo de vida, etc.).

Puedes descubrir más sobre el caso de citybranding de Xixona haciendo clic  aquí.

 

Por: Francisco Torreblanca