Hace varias semanas hablábamos de la importancia de la comunicación para las marcas. Son miles los proyectos que inician con buenas ideas, con productos de calidad, servicios excelentes, precios razonables, en lugares insuperables y sin embargo, fracasan. Lo que pasa es que diariamente las buenas ideas mueren por ser desconocidas para su público objetivo.
Para garantizar el éxito inmediato de negocio, la historia ha demostrado que la comunicación es un acelerador fundamental para las marcas. Multinacionales como Quala, Unilever, P&G y Coca-Cola, son la prueba que destinar presupuestos multimillonarios para darse a conocer, más allá de ser un gasto, puede ser una inversión lucrativa. Aunque existan marcas que han logrado triunfar sin la publicidad, como es el caso de la española Zara, no dejará de ser la excepción a la regla.
Por ende, si usted es de las personas que no invierte un sólo centavo en comunicación, preocúpese, está perdiéndose de miles de oportunidades. Comunicar es una de las reglas de oro para el buen marketing.
¿Pero qué pasa cuando lo que se comunica no es verdad?
En el afán de triunfar, se ha vuelto común, por parte de algunos, jugar con la información con fines comerciales, es aquí donde la letra menuda, las dualidades, las verdades a medias y las mentiras son más comunes de lo que usted cree. ¿Se enteró usted de la multimillonaria sanción impuesta a Siluet 40 por publicidad engañosa?
Son muchas las marcas que han aprendido a jugar con la ley para llevarla a límite y así poder cumplir sus objetivos sin ser sancionadas. Sin embargo, prometer para no cumplir es un error garrafal. Si bien en un momento uno, usted puede llamar la atención y elevar las ventas, serán estas ventas la que lo lleven a la ruina. Como primero, la recompra de productos que no cumplen las expectativas suelen ser muy bajas, en segundo lugar, un cliente insatisfecho genera un “voz a voz” negativo, y en tercer lugar, una marca que no satisface una necesidad pierde valor en la mente de un consumidor.
En conclusión, si una regla de oro es “comunicar” otra es “cumplir”, no importa que no pueda hacer ofertas fascinantes, con seguridad, aunque le sea más difícil subir la escalera del éxito, también le será más difícil bajarla.
No mate el valor de su marca por vender, no venda su palabra.