Muchos aseguran que el secreto del éxito en el marketing se encuentra al suplir una necesidad insatisfecha. Sin embargo, esta idea se queda corta, pues para el consumidor también es importante cómo se le satisface. Muchas marcas han sido pioneras para detectar necesidades con alto potencial y han desarrollado ideas que a la luz de cualquier experto resultarían brillantes. No obstante, en la práctica dichas ideas han tenido un fracaso rotundo.
 
Este es el caso de Microsoft en 2001 con su producto Microsoft TabletPC. Para los que no saben, fue Microsoft, y no Apple, la primera marca en empezar a hacer tabletas. La necesidad por este tipo de productos era latente en el mercado, sin embargo, la ejecución del proyecto estaba llena de errores, lo demás es historia. Apple no inventó la idea, pero supo qué hacer y cómo hacerlo: 200 millones de iPads vendidos lo respaldan. Si usted hoy pregunta quién es el rey de las tabletas, la respuesta es más que obvia.
 
Según esto, para tener éxito en el mercado no basta con una buena idea, es necesaria una regurosa implementación. El fondo y la forma de una oferta son un conjunto inseparable, en ausencia de alguno de ellos la idea puede fracasar. La forma es la manera de materializar promesas y generar valor a los clientes, con ella se genera diferenciación y satisfacción en los consumidores.
 
En el caso de Microsoft, una idea nueva (fondo) fracasó por su forma. Existen muchos otros casos en los que ideas viejas han triunfado al implementar buenas formas. Dommino´s Pizza, puede ser un claro ejemplo de esta situación. Obviamente la multinacional estadounidense fundada en 1960 no fue quien inventó la pizza, sin embargo, cómo entregarla les valió el éxito mundial. En 1973, cuando apenas contaban con 200 tiendas, implementaron la promesa “domicilios en 30 minutos o su pizza  es gratis”, para el cumplimiento de esta promesa se debieron realizar profundos cambios en los procesos de la compañía. Hoy en día la marca es altamente reconocida, cuenta con más de 10.000 puntos de venta en todo el mundo y su éxito se sigue basando en: buena pizza (fondo) y su insuperable manera de despacharla (forma).
 
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La invitación entonces es pensar en todo, una buena idea no basta si no se acompaña de una buena ejecución, incluso una vieja idea podría alcanzar el éxito ejecutada de una forma innovadora. Es fundamental poner cuidado a los pequeños detalles, pues estos son los encargados de marcar grandes diferencias.