Históricamente, los que trabajamos en mercadeo nos hemos valido de los estereotipos para hacer publicidad. Aunque dicha herramienta ha sido útil para incrementar ventas, en algunos casos tiene efectos colaterales que van en contra de la construcción de una mejor sociedad.
Perpetuar imágenes como: Mujeres haciendo siempre el trabajo doméstico, personas de raza negra haciendo trabajos menores, Niñas como sexo débil y hombres como malos trabajadores domésticos, entre otros casos; son comunes en la publicada nacional, inmortalizando creencias nada modernas ni saludables.
Hace un par de días la Advertising Standard Agency (ASA) prohibió en Estados Unidos la utilización de estereotipos en anuncios publicitarios relacionados con el comportamiento, la posición social y las conductas según el género. Anuncios que representen conductas “solo” para hombres o mujeres; o que “ridiculizan” un género (la típica publicidad en la que el hombre es malísimo para limpiar la casa) no podrán ser más usadas en el país del norte.
La publicitad tiene muchísimo poder. Crea improntas que se hacen parte de las culturas. Por esta razón la publicidad tiene la responsabilidad de, además de vender, aportar para la construcción de una sociedad.
¿Y en Colombia cuando dejaremos de utilizar estereotipos retrógrados para hacer publicidad?